Yo sé que tenía noventaitantos (ella me mataría si dijera su edad) pero siempre pensé que Griselda sería eterna.
Qué mujerón!!!, en sus últimos años era guapa como pocas, nuestra propia Sofía Loren. Tenía la tez todavía muy blanca, con unas cuantas manchas irrespetuosas de la edad bajo sus ojazazasos verdes hipnotizantes. Jamás le verías uno de sus negros cabellos fuera de ese chongo regio con el que coronaba su belleza a diario.
Era femenina y excepcionalmente bella, pero creo que lo que la hacía más hermosa era su inteligencia y su valor para emprender en un campo donde las mujeres estuvieron vetadas hasta hace poco: la política. Griselda fue la primera mujer gobernadora por elección popular en México.
Tan generosa fue siempre, que hace un par de años le concedió una entrevista a una escuincla para un concurso universitario. Estuvo casi dos horas atendiendo preguntas a veces buenas pero mayoritariamente bobas, que ella convertía en excelentes con ese ingenio y claridad increíble que poseía. Les comparto un cachito para que la recuerden como yo: una mujer en toda la extensión de la palabra, tan brillante como femenina, que nos abrió el paso a las que nacimos después de ella.
Qué mujerón!!!, en sus últimos años era guapa como pocas, nuestra propia Sofía Loren. Tenía la tez todavía muy blanca, con unas cuantas manchas irrespetuosas de la edad bajo sus ojazazasos verdes hipnotizantes. Jamás le verías uno de sus negros cabellos fuera de ese chongo regio con el que coronaba su belleza a diario.
Era femenina y excepcionalmente bella, pero creo que lo que la hacía más hermosa era su inteligencia y su valor para emprender en un campo donde las mujeres estuvieron vetadas hasta hace poco: la política. Griselda fue la primera mujer gobernadora por elección popular en México.
Tan generosa fue siempre, que hace un par de años le concedió una entrevista a una escuincla para un concurso universitario. Estuvo casi dos horas atendiendo preguntas a veces buenas pero mayoritariamente bobas, que ella convertía en excelentes con ese ingenio y claridad increíble que poseía. Les comparto un cachito para que la recuerden como yo: una mujer en toda la extensión de la palabra, tan brillante como femenina, que nos abrió el paso a las que nacimos después de ella.
«Una de las paredes de la Casa de Gobierno de Colima se había fisurado y soltaba polvo debido al terremoto, era 19 de septiembre de 1985. En las escaleras se oían las zancadas de los guardias cuando de pronto una voz fuerte y determinada de mujer ordenó desde la recámara principal: “¡Alto la guardia… que estoy en pijama!»
Esa es la Gobernadora y la poeta.
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