Si en esta temporada, ya te aventaste Saw X, el Exorcista y La Monja, te tengo noticias. Hay sagas de terror que te sacarán más gritos, pero en la vida real: Las de tus finanzas.
Prepárate porque te traemos 12 historias de terror financiero que te pondrán los pelos de punta y podrías ser víctima de cualquiera de ellas, si no te cuidas el bolsillo.
Sagas de terror en tus finanzas, ¿a cuál le temes más?
- Gastos Sangrantes
Este clásico de las sagas de terror no falla, porque se te va en el café de la sirena, en la propina del viene viene y hasta… ¡en el chicle de la esquina!
El no tener un presupuesto, ni registro de gastos, ni gastos que no te das cuenta que te van drenando lentamente sin poder llegar al final del mes.
Para huir de él, lleva un registro de tus gastos y planea tus compras que tienes en el mes.
- La Pirámide Siniestra
Y no hablamos precisamente de las maldiciones que envuelven las pirámides de Egipto, sino aquella en la que descubres atrapado porque algún amigo o vecino te convenció de entrarle a ese negocio de altos rendimientos en poco tiempo y solo necesitas traer a un amigo más.
En este vídeo, te dejamos cómo evitar caer en tan terrible saga de terror.
- El contrato del Diablo
¿Aceptaste una nueva tarjeta departamental sin leer los términos y condiciones? Es posible que tu vida vaya directo a una masacre financiera con pagos enormes de intereses y deudas infinitas.
Antes de firmar cualquier documento pregunta sobre las tasas de intereses, cobro por comisiones y penalizaciones, no vendas tu alma al diablo.
Te dejamos una nota que te ayudará a elegir la mejor tarjeta de crédito: Pasos para elegir una tarjeta de crédito.
- El comprador de pánico
En esta saga, tus instintos de querer llevarte el último gadget, la oferta con “descuentazo”, serán los villanos de tu bolsillo, dejándote sin un peso antes de final de quincena.
Para que escapes de este terror, haz un listado de todos los objetos que tienes en la mente y pregúntate si realmente vale la pena que compres la Airfryer 2000 si apenas te paras en la cocina una vez por semana.
- La casa del terror
Ojo con los espíritus chocarreros que habitan en esa propiedad de “gran” oferta. En ocasiones, un precio muy accesible respecto al mercado, trae detalles que no habías considerado como daños caros a reparar en o incluso pleitos legales.
Para que no compres una casa embrujada, acércate a plataformas especializadas o expertos inmobiliarios que te asesoren en el proceso de adquirirla.
- Hospital del horror
Una verdadera saga de terror es que caigas en un estado de locura por los grandes cuentononones que una hospitalización larga o enfermedad crónica te puedan provocar al no estar protegido en estos casos.
Para que no termines encerrado en el manicomio, ponte como meta destinar parte de tu ahorro para adquirir seguro de gastos médicos mayores.
Sagas de terror futuristas
Hablamos de aquellas en las que, las películas de Destino Final se quedan cortas a lado de lo que vivirás si no te pones las pilas:
- La noche de los montadeudas vivientes
Un clásico de terror es que, por Facebook te llegue un anuncio de “préstamo en minutos” o un mensaje de Whatsapp en el que se te ofrezca un préstamo jugoso de inmediato y tú caigas ante la tentación…
Todo parece marchar bien, hasta que tu celular se llena de mensajes con notificaciones de pago con un monto mayor al solicitado a las 3:00 de la mañana o 20 llamadas a diario para que pagues cuando no es tu fecha de pago.
Para escapar de estos monstruos, antes de aceptar un préstamo verifica que la empresa se encuentre registrada ante la Condusef o en la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) si pareciera ser una Fintech.
- Noche de paz, Noche de deudas
Sí, esa noche del primero de diciembre en la que ya estás esperando que te caiga el aguinaldo para sacar tu comprador de pánico y mandar todo a meses sin intereses, infinitos o peor aún, saldar la deuda que tienes con la tía Agatha, desde… 2010.
Evita caer en una noche fría, destinando parte de tu aguinaldo a invertir en algún instrumento de corto plazo como Cetes o una cuenta de ahorros con rendimiento. Sálvate de la cuesta de enero.
- Retiro maldito
Hablamos de ese futuro en el que tu yo de 57 ve que se acerca más y más el tiempo de retiro, pero no tienes ni un peso ahorrado o lo poco que lograste, no te dará como para dejar de trabajar por más cansado que estés.
Si ya te viste en este escenario, es momento de buscar instrumentos como el Afore, un plan de retiro o inversiones a largo plazo que te hagan salir de esa pesadilla futurista.
- La maldición del pago mínimo
Esta es la típica historia donde tu comprador de pánico te llevará si no le bajas a los gastos innecesarios o sencillamente piensas que una tarjeta de crédito es una extensión de tu cartera.
Para que rompas esta maldición de terror intenta liquidar siempre el total de tu saldo mensual, evita caer en la trampa de ofertas flash a meses y limita tus compras al mínimo de tus ingresos.
- El saldo fantasma
Ni la casa de los espíritus se atreve a tanto con el saldo fantasma. Sí, ese que descubres cuando entras a tu aplicación, porque han hecho cargos no identificados a tu tarjeta.
¡Evita ser víctima de los ciberdelincuentes! Activa la opción de prendido y apagado de tu tarjeta en la app del banco y antes de hacer cualquier compra en línea, revisa que la página cuente con un candado de identidad.
- Las comisiones invisibles
Si no llevas un control de tus gastos y estás monitoreando constantemente tus cuentas bancarias; las comisiones como manejo de cuenta, disposición de efectivo en cajeros automáticos o por balance mínimo pueden darle en la torre a tu dinero.
Antes de abrir cualquier cuenta bancaria o solicitar una tarjeta, revisa y consulta todas tus dudas con un asesor, sobre todo en el tema de comisiones y tasas de intereses.
Ahora que conoces todas estas sagas de terror, recuerda que la clave para no ser víctima de estos asesinos financieros está en poner en orden tus finanzas personales.
¡No esperes a ser víctima de cualquiera de estas historias!
Está muy interesante este artículo y sobre todo como lo presentas, eres muy creativa. ¡Saludos!