¡Felicidades llamamos del concurso Visa-Mastercard y se acaba de ganar una estancia en Los Cabos para cuatro personas por firmar con su tarjeta ! ¿Tiene el número de su tarjeta Visa o Mastercard a la mano? La detectamos en una base de datos. Sólo necesita ir a las oficinas de Visa-Mastercard que están en un edificiucho pulgoso esta semana con su número de tarjeta para recoger su fabuloso viaje…
Si para el primer Visa-Mastercard no se les prendió el foco del sospechosismo, ya para el segundo o cuando la señorita empieza a explicar que lo que pasa es que son la misma compañía pero una nacional y la otra nacional, ya deberían estar checando si el número se marcó en el identificador de llamadas para reportar la tranza a Condusef (ajá sí tú, ¿Visa-Mastercard juntas? ¿y luego van a hacer rifas de hamburguesas McDonald’s -Burger King? o una edición especial de refresco de cola Pepsi-Coca-Cola)… a muchos como que ese mismo foquito se les prende un poco pero luego les hace corto y se les apaga cuando escuchan «premio».
En el mejor de los casos, probablemente sólo te lleven a una oficina en la que en realidad te quieren vender un tiempo compartido, pero en los peores escenarios puedes ser la víctima de un crimen por andar persiguiendo premiso de rifas en las que nuuuunca participaste.
Y pasa con todo:
– La super inversión que te iba a dar 10% de rendimiento MENSUAL y tú con hacer las cuentas alegres se te olvidó en dónde iban a meter tu dinero o si se trataba de una institución regulada (para saber si sí, chécate este post)… inversión que se evapora a temperatura ambiente ( temperatura ambiente de las Bahamas, Islas Caimán o a donde se vayan los estafadores).
-El crédito pre-aprobado que te dieron por ser cliente VIP (ay sí ajáaa) que resultó tener una pequeñísima tasa de 39% anual (sopas!) o la tarjeta/línea de teléfono adicional que te «regalan» sin anualidad/depósito para que se la des a tus familiares o algún amigo que no tenga (y que ahí se les acabe la relación cuando el otro la agarre de cheque en blanco).
– La vaciada de tu cuenta por andarle datos confidenciales a una «señorita del banco» que te llamó para alertarte de problemas con tu cuenta y te pidió tu NIP o número de cuenta para verificar (con los bancos, salvo que te quieran vender algo, la mayoría de las veces la Montaña no va a Mahoma y NUNCA piden datos confidenciales por teléfono o correo electrónico).
Los mexicanos en general somos desconfiados, sospechosistas – y no digo que no tengamos razones históricas para serlo- pero luego vemos moros con tranchetes en cosas de verdad transparentes y derechas y se nos pasa de largo la tranzota que nada más falta que se cuelgue letrero de neón que diga «Fraude, Fraude, Fraude».
Cuando se trata de dinero ¿cómo le haces para que no te apliquen la de «inocente palomita que te dejaste engañar»? Haciendo preguntas sospechosistas básicas:
– ¿Es demasiado bueno para ser verdad? En muchos casos si la respuesta es sí, ya con esta tenemos. Si lo que nos ofrecen supera por mucho la media de las cosas, salvo que sea una gran y legal innovación, puede que estemos frente a una tranza. Hay que comparar peras con peras: ¿cuánto dan inversiones similares? ¿cuánto cuesta es servicio con otros proveedores? Puede que haya razones para la diferencia, pero si no ¡pon pies en polvorosa!
Lo mismo aplica para los concursos: ¿quién se saca la rifa sin comprar boleto? si ustedes no han participado en nada, llamen a quienes les dicen que son los organizadores.
– ¿Cuánto cuesta? Nadie regala nada y si sí, que te lo firmen!!! La premiumización del servicio que tenías, el crédito que te están ofreciendo que tomes, el seguro adicional (qué tal los bancos que te dicen que «escojas a tus beneficiarios», tú crees que es de la cuenta de débito y te están ensartando un seguro que obvio cuesta)… toooodo es mejor que preguntes antes de que te hinquen el diente y te agarren en curva.
– En inversiones ¿de dónde salen los rendimientos que me pagan? El dinero no crece en los árboles y las instituciones financieras o cualquier vehículo de inversión no son hermanitas de la caridad, si quien te invita a invertir no sabe explicar de dónde salen las ganancias, qué es lo que lo sustenta y ellos cómo hacen su negocio (¿cómo es la comisión? ¿sobre el saldo o la toman del rendimiento que se genera?), entonces no merecen tu confianza.
– ¿Quién los regula o con quién me puedo quejar si algo sale mal? Las ventas o el gancho son la luna de miel: tooodo el mundo promete el sol, la luna y las estrellas, te ofrecen frapuccinos, ollas, descuentazos, rendimientos exorbitantes… usted póngale el atractivo que más le haga ojitos. La bronca es ¿y si algo sale mal?
Si es un producto financiero (crédito, seguro, inversión) TIENE que estar supervisado por Condusef, si es empresa debería haber algún registro de ella en Profeco (que por cierto tiene un «Buró comercial» donde aparecen loa proveedores con más quejas), en el SAT o por lo menos ser una empresa legalmente constituida.
Es muy tentador «irse por la libre», pensar que descubrimos LA oportunidad y el secreto mejor guardado para hacerse rico o creerse los cuentos de que no se registran porque el «sistema» encarece sus costos, pero la realidad es que es mejor pagar el «costo» de estar en algo derecho que luego andar sufriendo en juicioso penales porque es la única vía de reclamar un fraude cuando nadie vigila a estos mequetrefes (soné a mi abuelita!).
Está bien que sea día de los inocentes y que caer en alguna broma sea potencialmente divertido, pero mejor que sea darle una mordida a una dona rellena de algodón (verídica de mi familia), que les den un chocolate-jabón o se los choreen con un supuesto casorio, y no que los hagan «chenchos» con su lana. Buen Mierc-OINK-Les!!!
Si para el primer Visa-Mastercard no se les prendió el foco del sospechosismo, ya para el segundo o cuando la señorita empieza a explicar que lo que pasa es que son la misma compañía pero una nacional y la otra nacional, ya deberían estar checando si el número se marcó en el identificador de llamadas para reportar la tranza a Condusef (ajá sí tú, ¿Visa-Mastercard juntas? ¿y luego van a hacer rifas de hamburguesas McDonald’s -Burger King? o una edición especial de refresco de cola Pepsi-Coca-Cola)… a muchos como que ese mismo foquito se les prende un poco pero luego les hace corto y se les apaga cuando escuchan «premio».
En el mejor de los casos, probablemente sólo te lleven a una oficina en la que en realidad te quieren vender un tiempo compartido, pero en los peores escenarios puedes ser la víctima de un crimen por andar persiguiendo premiso de rifas en las que nuuuunca participaste.
Y pasa con todo:
– La super inversión que te iba a dar 10% de rendimiento MENSUAL y tú con hacer las cuentas alegres se te olvidó en dónde iban a meter tu dinero o si se trataba de una institución regulada (para saber si sí, chécate este post)… inversión que se evapora a temperatura ambiente ( temperatura ambiente de las Bahamas, Islas Caimán o a donde se vayan los estafadores).
-El crédito pre-aprobado que te dieron por ser cliente VIP (ay sí ajáaa) que resultó tener una pequeñísima tasa de 39% anual (sopas!) o la tarjeta/línea de teléfono adicional que te «regalan» sin anualidad/depósito para que se la des a tus familiares o algún amigo que no tenga (y que ahí se les acabe la relación cuando el otro la agarre de cheque en blanco).
– La vaciada de tu cuenta por andarle datos confidenciales a una «señorita del banco» que te llamó para alertarte de problemas con tu cuenta y te pidió tu NIP o número de cuenta para verificar (con los bancos, salvo que te quieran vender algo, la mayoría de las veces la Montaña no va a Mahoma y NUNCA piden datos confidenciales por teléfono o correo electrónico).
Los mexicanos en general somos desconfiados, sospechosistas – y no digo que no tengamos razones históricas para serlo- pero luego vemos moros con tranchetes en cosas de verdad transparentes y derechas y se nos pasa de largo la tranzota que nada más falta que se cuelgue letrero de neón que diga «Fraude, Fraude, Fraude».
Cuando se trata de dinero ¿cómo le haces para que no te apliquen la de «inocente palomita que te dejaste engañar»? Haciendo preguntas sospechosistas básicas:
– ¿Es demasiado bueno para ser verdad? En muchos casos si la respuesta es sí, ya con esta tenemos. Si lo que nos ofrecen supera por mucho la media de las cosas, salvo que sea una gran y legal innovación, puede que estemos frente a una tranza. Hay que comparar peras con peras: ¿cuánto dan inversiones similares? ¿cuánto cuesta es servicio con otros proveedores? Puede que haya razones para la diferencia, pero si no ¡pon pies en polvorosa!
Lo mismo aplica para los concursos: ¿quién se saca la rifa sin comprar boleto? si ustedes no han participado en nada, llamen a quienes les dicen que son los organizadores.
– ¿Cuánto cuesta? Nadie regala nada y si sí, que te lo firmen!!! La premiumización del servicio que tenías, el crédito que te están ofreciendo que tomes, el seguro adicional (qué tal los bancos que te dicen que «escojas a tus beneficiarios», tú crees que es de la cuenta de débito y te están ensartando un seguro que obvio cuesta)… toooodo es mejor que preguntes antes de que te hinquen el diente y te agarren en curva.
– En inversiones ¿de dónde salen los rendimientos que me pagan? El dinero no crece en los árboles y las instituciones financieras o cualquier vehículo de inversión no son hermanitas de la caridad, si quien te invita a invertir no sabe explicar de dónde salen las ganancias, qué es lo que lo sustenta y ellos cómo hacen su negocio (¿cómo es la comisión? ¿sobre el saldo o la toman del rendimiento que se genera?), entonces no merecen tu confianza.
– ¿Quién los regula o con quién me puedo quejar si algo sale mal? Las ventas o el gancho son la luna de miel: tooodo el mundo promete el sol, la luna y las estrellas, te ofrecen frapuccinos, ollas, descuentazos, rendimientos exorbitantes… usted póngale el atractivo que más le haga ojitos. La bronca es ¿y si algo sale mal?
Si es un producto financiero (crédito, seguro, inversión) TIENE que estar supervisado por Condusef, si es empresa debería haber algún registro de ella en Profeco (que por cierto tiene un «Buró comercial» donde aparecen loa proveedores con más quejas), en el SAT o por lo menos ser una empresa legalmente constituida.
Es muy tentador «irse por la libre», pensar que descubrimos LA oportunidad y el secreto mejor guardado para hacerse rico o creerse los cuentos de que no se registran porque el «sistema» encarece sus costos, pero la realidad es que es mejor pagar el «costo» de estar en algo derecho que luego andar sufriendo en juicioso penales porque es la única vía de reclamar un fraude cuando nadie vigila a estos mequetrefes (soné a mi abuelita!).
Está bien que sea día de los inocentes y que caer en alguna broma sea potencialmente divertido, pero mejor que sea darle una mordida a una dona rellena de algodón (verídica de mi familia), que les den un chocolate-jabón o se los choreen con un supuesto casorio, y no que los hagan «chenchos» con su lana. Buen Mierc-OINK-Les!!!
Excelente post.
Soy lector reciente del blog y me fascina la información que publicas, que si bien hay algunas cosas de las que ya estamos enterados también hay algunos tips que nunca están de más o que no teníamos en cuenta, por ejemplo, eso de preguntar a las instituciones financieras de dónde salen los rendimientos o investigar si están reguladas por la Condusef o la Profeco, son tips que se me habían pasado y que en adelante tomaré en cuenta.
Saludos y feliz y próspero año nuevo.
EL sistema de pirámide de Pozi lo volvió a hacer.