A los primeros me dan ganas de agarrarlos a zapes porque también contribuyen a que el crédito sea más caro para el resto. Los segundos en realidad son un desafortunado ejemplo de cómo nosotros podemos, sin quererlo, ponernos en riesgo cuando no ahorramos y agarramos con fe y singular alegría eso de firmar a crédito en épocas de bonanza.
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De Random |
Hace unas semanas llegó un correo a este H blog sobre estas sorpresas desagradables de la vida. Resulta que ella y su esposo tenían un buen nivel de ingresos. Por lo que entendí él tenía una chamba en la que ganaba 30,000 pesos y ella «trabajaba para sus chuchulucos» en un lugar en el que le pagaban 6,000 pesos mensuales. No era el sueldazo de la vida, pero ella cuenta que lo usaba íntegramente para darse sus lujitos, y tener un presupuesto así para apapacharte y comprarte lo que quieras cada mes no está nada mal.
Algunas de las cosas que ella había comprado eran a tarjetazos y eso de ser totalera no se le había dado. En su casa también habían comprado otras cosas a crédito, pero no les parecía un deudón contra el ingreso que tenían. Ella lo consideraba bastante manejable.
Hasta ahí todo bien… hasta que su esposo perdió la chamba y de los flamantes 30,000 sólo consiguió otro trabajo de 6,000 pesos, monto al que después de un rato equivalía sólo al mínimo de sus tarjetas.
Si reducir tu nivel de vida a dos quinto de lo que tenías es duro ¡Ahora imagínate si la mitad de eso lo tienes que destinar al pago de deudas!
La teoría dice que no debes endeudarte por más de 30% de tu sueldo: si ganas 10,000, al mes, el pago de todas las mensualidades de tus deudas no deberían rebasar 3,000 pesos, incluyendo crédito hipotecario, automotriz, por lo menos el doble del mínimo de la tarjeta (aunque ideal es ser totalero), préstamos de familiares, amigos, la chamba etcétera.
Pensando en esto ellos no deberían haber tenido deudas en conjunto por más de 10,800 pesos… cosa que no necesariamente era así, si sólo del mínimo de la tarjeta eran 6,000… y mucho hemos platicado que pagar sólo el mínimo es la peor idea, porque según la calculadora de Condusef te puedes tardar 11 años y pagar el doble de lo que firmaste si no le abonas más.
Pero además, esta regla aplica cuando tenemos ingresos estables y permanentes porque vivir con menos de 70% de tu ingreso y ahorrar puede ser complicado… pero ¿y si como con esta familia se reducen drásticamente o incluso desaparecen?
Siguiendo el ejemplo, su capacidad de endeudamiento -el término correcto para este rollín- se dió un bajón de 10,800 pesos a 3,600 pesos osea casi la mitad de lo que andaban cargando sólo de mínimos… y no hay que ser un genio para saber que pasar de vivir con 25,200 (el 70% libre del ingreso que tenían) a 6,000 está en chino, japonés y finlandés, y más si el ahorro no era uno de sus hábitos.
Esta familia urgentemente tendrá que guardar la tarjeta de crédito, reducir sus gastos al mínimo, renegociar el adeudo cuanto antes (para congelarlo y que les den o un prórroga o les hagan un plan con una mensualidad que puedan pagar aunque se tarden en pagar) y buscar fuentes alternas de ingresos lo antes posible. En casos desesperados donde de plano no haya ingresos, probablemente sacar el monto que toque de tu cuenta de afore que está permitido por desempleo no es mala idea, claro idealmente con el propósito de reponerla en cuanto recuperes parte de tu ingreso para no afectar tu retiro, porque te descuenta semanas de cotización y la cantidad retirada.
Otro punto importante que casi nadie toma en cuenta es que son bien pocos los créditos que tienen seguro de desempleo, en realidad prácticamente sólo los hipotecarios modernos, las tarjetas ni por asomo cuentan con ellos, entonces este es un riesgo que tienes que cubrir por ti mismo.
Claramente nadie tiene la bola de cristal y dirá «Si me llegan a despedir será como en un año y siete meses con cuatro días»… descartada la clarividencia ¿qué podemos hacer para no terminar en un problemón como esté?
1. Ser conservadores en la cantidad de crédito que solicitamos. De ser posible menos del famoso 30% y si no vas a ser totalero en este 30% bajita la mano debería entrar por lo menos el doble del mínimo de la tarjeta.
2. Definir cuáles son las prioridades de crédito y para qué cosas es mejor esperarnos y ahorrar para comprarlas de contado (es tentador adelantar compras, pero estar ahorcado y con llamadas de cobradores no compensan el gusto por tu último gadget).
3. Tener un fondo de emergencias. Aunque no es exclusivo para el pago de deudas o subsistir si te quedas sin chamba, mucha gente no tiene la costumbre de hacer uno y cualquier imprevisto chico, mediano o regular se hace tamaño Jumbo y si es grande ¡agárrense! Si tenemos deudas con más razón deberíamos tener uno y en especial si son de tasa variable y suben como locas entre menos pagues.
Aunque parezca una obviedad, el crédito es para quien lo puede pagar, si lo pides en teoría deberías tener idea de de dónde va a venir el dinero para liquidarlo y tener un plan B (que es ese famoso fondo de emergencia) por si todo falla.
Definitivamente no podemos controlar todo lo que pasa a nuestro alrededor, pero sí podemos hacer todo lo posible para no ponernos de pechito y que nos lleven de corbata!!! Buzos y no abusen del crédito!
Buena semana!! OINK$$$!!!