Pues resulta que no. Esos mocosos (porque son mocosos de 16 años!!!) del Poli saben más de planes de negocios, venta de acciones, organigramas, reestructuras de equipos directivos y hasta liquidaciones de empresas que muchos que llevan años en las andadas, y bueno que yo ¡ni se diga!
El programa dura 17 semanas en las que los chavos que quieran entrar (porque es opcional) reciben asesoría de alguien de Banamex o de Impulsa y como dice Ivonne Cano (una chava que coordina la parte de Impulsa) «juegan de a de veras a poner una empresa» porque hacen desde la constitución, deciden quién es su director general, el de finanzas, el de mercadotecnia etc…, salen a vender acciones con dinerito que ahí le desfalcan a la familia o extraños incautos, con lo que consiguen tienen que producir lo que decidieron que iban a vender y luego tienen 2 días de venta en las instalaciones de Banamex.
Cuando termina la feria premian a los mejores, pero además tienen que «liquidar» la empresa y pagarle a los inversionistas: si les fue mal absorben la pérdida y si les fue bien les dan utilidades.
Les puede pasar de todo: que empiecen 12 en el equipo y terminen 8, que el director general sea un sope y lo tengan que cambiar, que dos días antes del evento el producto se les desconchinfle, que les vuelen los materiales para el stand, que tengan un puesto al lado que venda lo mismo y les coma el mandado… compiten como se compite en cualquier mercado.
Total que salen con un callo!!!
Como no hay reportera sin suerte, a mi me tocó sentarme al lado de Andrés, un chavo que era la segunda vez que participaba. El primer año le fue de la cachetada: decidieron vender macetas pero como estaban bien caras, de las 10 que llevaban solo colocaron 3, y de su equipo de 12 al año siguiente sólo entraron 6, pero no se desanimó y este año «inventó» con sus cuates un molde para hacer figuritas de plástico para los dijes que se cuelgan en el celular. Cuando yo pasé por su puesto a las 12:30 (habían abierto a las 11) ya habían vendido 35 llaveros y algunos modelitos como el de Hell boy ya se le habían acabado. Él dice que le volvió a entrar xq aunque le fue mal, le gustó la experiencia y aprendió que es básico controlar los costos para tener éxito, digamos que le salió barato el aprendizaje porque tenía 15 años.
Y por cierto, si quieren ver los productos de Andrés métanse a la página de «LLaverontos» (nombre formal de su empresa):