Antes de que les cuente lo feliz como una lombriz que fui en Baja California (y toooodo lo rico que me tragoné y bebí) les voy a contar sobre una «maldición» en la que me hicieron pensar los cachanillas, bueno los tijuanenses y ensenadenses para ser más precisos, que son bravos para hacer lana eh!
Al taller del Pequeño Cerdo Capitalista en el CUT de Tijuana llegó un señor que aparte de que ya se había peinado el libro, estaba muy calladito y atento hasta atrás del salón. Cuando se acercó a que le firmara su Pequeño cerdo Capitalista le pregunté que él por qué había venido al taller y me dijo que resulta que tiene ya varios salones de fiestas y cada año se expande más, pero todo lo bueno que es para «el bisne» lo tiene de maleta para ahorrar: cada vez tiene más negocios pero menos dinero en su cuenta.
A mi me hizo inmensamente feliz que alguien bueno para generar lana se diera cuenta de que no basta con eso y quisiera aprender a administrarla.
Muchos nos quejamos de que nuestros ingresos son bajos y por eso no ahorramos (que es pretexto más que verdad), ¿pero y los que no tienen ingresos bajos y de todos modos no ahorran?
Esto que le pasa al citado tijuanense – y que seguramente le pasará a muchos exitosos emprendedores o altos ejecutivos -es «La maldición del buen arbano»: eres taaaaaan bueno para hacer lana y estás taaan confiado de que finalmente te llegará más dinero que nunca aprendes a ahorrar, gastas como loco (aunque a veces parte también sea para reinvertir en nuevas oportunidades de negocio) y a diferencia de un cuate con un sueldo más modesto pero consciente de que el dinero es limitado, tú puedes terminar por nunca retirarte porque siempre necesitaras estar ganando más y más para mantener tu tren de vida.
Ese es el ejemplo de por qué ganar poco, regular o mucho no tiene naaaada que ver con ahorrar, pero también es un foquito rojo para que si tenemos el don del Rey Midas, ese dinero en algún momento sea para nosotros y no sólo para un estilo de vida exageradamente alto, para nuestros socios o nuevos negocios.
Aprender a administrarnos e irnos forjando nuestro colchoncito puede no parecer importante ahora que estás trabajando, pero cuando quieras tomarte un respiro, ya no quieras trabajar al ritmo que lo haces hoy o quieras retirarte, se vuelve MUY importante, entonces no dejemos que nos caiga la maldición!!!
Ahí les dejo la foto de los «graduados» como Pequeños Cerdos Capitalistas en Tijuana y Ensenada y la próxima entrega sí sobre la pura sabrosura de ese estado tan bello (pilates todos los días sin falta para todas esas pizzas, tostadas, ensaladas césar, mariscos, tacos de carnita asada con frijoles y delicioso vino que me zampé por allá).
Los graduados del Pequeño Cerdo Capitalista en Tijuana
2 comentarios en “La maldición de los buenos «arbanos» – inspirada por los cachanillas”
Muy buena historia de los «arbanos», eso es cierto, a veces nos confiamos a que tenemos ingresos constantes y los gastamos en el corto plazo, no pensamos en el mañana si no llegamos a tener ese ingreso. Humberto Moreno
Hola, te dejo este link, sobre la psicología del consumo
Muy buena historia de los «arbanos», eso es cierto, a veces nos confiamos a que tenemos ingresos constantes y los gastamos en el corto plazo, no pensamos en el mañana si no llegamos a tener ese ingreso. Humberto Moreno
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