Yo no soy muy de bandos con los personajes históricos que admiro, es más podría decir que admiro partes de ellos pero a ninguno en particular ni al 100% porque justamente la narrativa de la historia convierte a las personas en personajes o en leyendas, pero dicho esto, ahora sí Benito Juárez me sorprendió por lo visionario que fue.
Resulta que en sus tiempos él propuso que se creara un sistema de cuentas individuales de ahorro para el retiro, como las afores actuales, en lugar de uno de pensiones (como el que había en el IMSS y el ISSSTE antes de las reformas). ¿Se imaginan si las afores existieran desde el siglo XIX la de broncones que nos hubiéramos ahorrado? Tendríamos menos deuda pública y más lana invertida.
Hoy nuestra lana en las afores representa 12% del Producto Interno Bruto (osea nuestros ahorros para el retiro equivalen a 12% de lo que produce el país en un año) ¿cuánto sería si le hubiéramos hecho caso a Juárez?
Sobra decir que le batearon la propuesta a Don Benito y que un siglo después se armó un relajo tal con el sistema de pensiones que se tuvo que reformar.
Aprovechado el dato histórico, que le agradezco mucho a Guillermo Garduño haber encontrado en una revista, les voy a contar por qué cambiamos de sistema de pensiones.
De Random |
El sistema que tenía el IMSS hasta 1997 era un sistema de «Beneficio definido», ese es el nombre técnico porque es un sistema de «derechos» en el que hay ciertas reglas y ya sabes cuánto te va a tocar de pensión -un monto mensual- cuando te retires, si cumples con todos los requisitos. Los requisitos normalmente son años de servicio y haber alcanzado cierta edad de jubilación.
Este sistema supone cierta «solidaridad» entre generaciones: los más jóvenes hacen contribuciones para pagar las pensiones de los retirados y cuando ellos se vuelven más ruquitos y se jubilan ooootros más chavos pagan su jubilación y así se la llevan.
Todo bien, hasta que la gente dejó de tener hijos como conejos y en vez de que hubiera muchos jóvenes pagando las pensiones de algunos viejitos empezó a haber cada vez menos y llegaría el punto en el que hubiera muchos más jubilados que gente en edad productiva haciendo aportaciones a los institutos de seguridad social como el IMSS o ISSSTE.
De hecho se ve muy clarito en esta gráfica de CONAPO cómo de ser un país con una «pirámide demográfica» como que la pirámide luego se volvió bombón y va para panqué, en el 2050 las proyecciones muestran que la parte de los de 60 años está más gordita que la base de jóvenes.
Eso es por el lado de la demografía, que chance aumentando cuotas o haciendo otros ajustes se podría haber controlado pero había un problema igual o más peliagudo: Los listos que manejaban las cuotas del IMSS nunca «fondearon» el sistema de pensiones. Es decir, la lana que entraba en lugar de invertirla, que diera rendimientos y no se tocara para poder pagar, se usó para construir hospitales, infraestructura y posiblemente hasta se esfumó a temperatura ambiente porque no se llevaba un control.
Justo como las pensiones cada vez más se tenían que completar con más impuestos al no ser suficientes las aportaciones de los trabajadores y como la cosa se estaba poniendo color de hormiga decidieron frenar la deuda y que todos los trabajadores que se afiliaran al IMSS después del 1 de julio de 1997 en lugar de tener pensión (que es un % del sueldo mensual) se retiraran con lo que lograran ahorrar en su cuenta individual. Obviamente se asumió que como ya no hay aportaciones de los más jóvenes, las pensiones de los que se quedaron en el «sandwich» o que todavía les toca el sistema anterior, la conocida Ley del 73, pasan a ser deuda pública y pues se van a pagar con nuestros impuestos.
Y sí, todo este cuetón nos lo podríamos haber ahorrado con un sistema fondeado desde hace siglo y cacho.
Hoy en la cuenta de twitter del Pequeño Cerdo Capitalista vamos a tener más datos históricos, si no lo siguen aún dénle follow @PeqCerdoCap y chequen el hashtag #CerditoHistórico.