Icono del sitio Pequeño Cerdo Capitalista

Cerdito literario: Lampedusa, un ahorrador de muchas letras

Como sabrán, el 7 de diciembre se presenta el Pequeño Cerdo Capitalista – Inversiones en la Feria del Libro de Guadalajara  y esa semana como que nos gusta ponernos  literarios ¿Qué tiene que ver con dinero y con volverse un pequeño cerdo capitalista? Fácil, hay muchísimos libros que, como diría Anna María Lusardi , enseñan más de finanzas personales que la clase más avanzada de análisis.

En esta ocasión quería platicarles una anécdota muy graciosa de un ahorrador que se murió sin saber que era escritor, bueno, escritor publicado, pero que amaba los libros con todo su corazón y ejerció esta pasión durante casi todos los días de su vida , si no es que todos.

¿De quién les estoy hablando? De Lampedusa, Giuseppe Tomasi di Lampedusa, el legendario autor del libro “El Gatopardo”, el único que escribió en toda su existencia, pero imagínense qué tan bueno será que con sólo ese se ganó un espacio en el anaquel de los clásicos universales y de las mejores novelas que se hayan escritos en el siglo XX.

¿Bueno pero qué tiene que ver Lampedusa con Finanzas Personales o qué tenía de ahorrador?  Lampedusa tenía una manía que llevaba al extremo aquello de guardar el dinero debajo del colchón ¿Se imaginan cuál podría ser la caja fuerte de este escritor? ¡Los libros! Le daba por esconder billetes en los libros para evitar que le robaran o simplemente guardarlo pero ¿qué creen? Que luego ni se acordaba en qué tomo o qué página los había puesto. De vez en cuando se iba encontrando billetes, pero rara vez cuando más los necesitaba.

Esta anécdota está plasmada en “Vidas Escritas”, un maravilloso libro de Javier Marías, que es un compendio de… mmm… no sé si llamarlos “cuentos biográficos” pero es lo más parecido a una descripción de lo que hace, pues cuenta la vida de distintos escritores, no como una ficha de Wikipedia, sino a través de detalles: explica lo “insopor” y engreído que era Nabokov (el de Lolita), lo caballeroso de Sir Arthur Conan Doyle (a quien los lectores creían que en serio era Sherlock Holmes y aceptó investigar sólo tres casos en su vida porque se lo pidieron damas),  a Rudyard Kipling, que pese a ser un genio no era tan amado ni tenía tantos amigos… y tiene muchas historias contadas con agudeza y que son muy pero muy entretenidas. Librazo.

Pero esta anécdota de Lampedusa es en realidad un pretexto para contarles de su libro. Lampedusa fue un lector voraz. De hecho fue más lector que escritor posiblemente y creo que los mejores escritores así son: leen veinte o treinta veces más de lo que escriben. Se necesita saber, escuchar, observar para tener algo que decir y que aporte a lo que han hecho otros. El caso es que era una especie de noble venido a menos, que no era excesivamente rico, pero tenía la suficiente fortuna para no tener que trabajar y poder dedicarse a su único lujo: comprar frecuentemente libros, leerlos en un café, comprar dulces y cenar todas las noches con su mujer.

Al final de su vida Lampedusa decidió darle clases de literatura universal a un chico, cursos que preparaba con muchísimo ahínco. Muy gracioso, porque había anotaciones en estas clases donde se disculpaba por el poco tiempo dedicado a elaborar la lección, pero seguramente era mucho mejor maestro que el promedio de los catedráticos de esta materia.

El caso es que Lampedusa alguna vez le contó a este discípulo que estaba escribiendo una obra medianona. Aseguraba que realmente no era muy buena y sólo por probar le mandó a un editor su texto. Lamentablemente no vivió para ver la respuesta, es decir, tenerlo publicado y saber la fascinación que había causado en muchos lectores.

Así fue como se publicó el Gatopardo, que es una obra maravillosa que curiosamente habla del ascenso de una nueva clase social tras la rebelión de Garibaldi en Italia y cómo lo vivió una familia aristocrática.

El libro es muy interesante tanto por la manía del autor como por estos juegos de dinero y poder. Las primeras 30 páginas no son exactamente fascinantes, pero a partir de ahí no lo puedes soltar. Me leí al hilo de ahí hasta la 200. Tiene intriga, política, romance… de todo.

El personaje central es el Príncipe Fabrizio, que tiene un sobrino que se va a la revolución y le dice: “si queremos que todo siga igual, es necesario que todo cambie” y empieza a hacer nuevas alianzas. Interesante ¿no?

Espero que ustedes estén haciendo algo mejor que Lampedusa con su dinero, pero me queda claro que algo que sí supo hacer fue invertir su tiempo en sus pasiones.

¡Los veo el 7 de diciembre a las 4:00 en la FIL Guadalajara!

P.D. El Gatopardo lo pueden conseguir en cualquier librería y Vidas Escritas está en ebook solamente (creo) y aquí pueden leer las primeras páginas.

P.D2. Si quieren leer sobre mi primera experiencia el la Feria del Libro de Guadalajara, den click acá y hay álbum del recuerdOINK de 2011 y 2012.

P.D3 No se les olvide llegar temprano el sábado para el micro- taller de inversión del Pequeño Cerdo Capitalista. Acá pueden ver de qué se va a tratar.

 

Salir de la versión móvil