Por Roberto Morán
Tú sabes que es diferente comprar leche que comprar una casa o ahorrar para el retiro. Pero la economía tradicional no parecía entenderlo, porque se supone que siempre que tomabas decisiones lo hacías buscando la máxima utilidad. Y no siempre sacamos la mayor utilidad posible al comprar casa o al ahorrar para el retiro.
Está fácil comprar leche y conseguir la máxima utilidad, porque lo haces muy seguido. Cuando te acabas de emparejar con alguien, al principio van a comprar leche de más, se les va a echar a perder y van a terminar tirando algunos litros. Con el tiempo, van a calcular bien, para que no les sobre pero tampoco tener que ir al Oxxo a la mitad de la noche oscura y tormentosa a comprar otro litro. Eso se aprende con la práctica.
Pero es difícil practicar antes de tomar las grandes decisiones de la vida, como elegir pareja, comprar una casa o ahorrar para el retiro. Ahí, nos falta información y además le metemos muchas cuestiones emocionales a lo que deberíamos hacer racionalmente. Y aquí es donde entra la economía conductual, que trata de entender mejor cómo tomamos decisiones los seres humanos reales.
El ejemplo de la leche y las grandes decisiones lo puso en un podcast Richard Thaler, que acaba de ganar el Premio Nobel de Economía, (puedes escucharlo aquí).
¿Puedes creer que le dan el Nobel de Economía a alguien que te dice que es diferente comprar leche que comprar casa? Pues así es. Porque los economistas tradicionales parten de la idea de que todos tomamos las mejores decisiones para maximizar nuestra utilidad. Según Thaler, los economistas creen que todos somos una especie de robots, Econs, que son más fríos y calculadores que Spock y Sheldon Cooper.
No siempre es así, como han demostrado los experimentos y las investigaciones que Thaler ha hecho a lo largo de su carrera, algunas al lado de otro Nobel de Economía, Daniel Kahneman.
Todos tomamos decisiones sin darnos cuenta que a veces nos estamos equivocando.
No se angustien, no vamos a ver aquí cómo Thaler partió del teorema de Bernouilli, con todas sus fórmulas matemáticas sobre las utilidades esperadas, para hacer su crítica y enriquecimiento de la economía. Nada más les voy a contar dos tips que se derivan de los libros de Thaler para manejar mejor nuestro dinero:
- Empieza a ahorrar mañana. Todos estamos seguros de que seremos mejores personas… mañana. Porque mañana empezamos a ir al gimnasio y mañana empezamos a ahorrar. Pues entonces, deja el ahorro para el retiro para mañana.
Aquí te va la lógica: Si hoy en la noche te propones ir al gimnasio, tienes que hacer algo que te obligue a levantarte al día siguiente y te quite los pretextos. Por ejemplo, quedar con un amigo o preparar tu maleta para no andar buscando los calcetines en la madrugada.
Lo que tendrías que hacer es preparar todo para empezar a ahorrar para tu retiro en la próxima quincena. Aplicando el gran principio de quítenmelo que me lo gasto, lo que haces es preparar todo para que en la próxima quincena ya tengas una cuenta en donde depositar tu dinero, o ya tengas separado el dinero para meterlo en cetesdirecto.com o en el ahorro voluntario en tu afore. No lo hagas hoy, pero prepara todo para hacerlo la próxima quincena.
- Haz un truco para resistir las tentaciones. Todos rezamos esta oración de San Agustín: “Señor, hazme casto, pero todavía no”. Es una cita que hace Richard Thaler. Todos queremos resistir la tentación, pero esta tentación en particular, de las ventas nocturnas, las noches Palacio, los meses sin intereses y la salida con los cuates el viernes, esa tentación, no queremos resistirla.
Si ya sabemos que en el momento de la tentación, en que aparecen los tenis de Asics que N.E.C.E.S.I.T.O. comprar, no vamos a controlarnos, entonces tenemos que hacer un truco para no caer en la tentación, tal como le hizo Ulises, el que debiste leer en secundaria y que si no leíste, de lo que te perdiste.
Ulises sabía que iba a pasar por un lugar lleno de sirenas que cantaban tan maravillosamente, que todos los hombres se lanzaban al mar para estar cerca de ellas y se ahogaban. Para poder oír el canto de las sirenas, Ulises les pidió a sus compañeros de viaje que lo amarraran al poste y que ellos se pusieran cera en los oídos. Él oyó el maravilloso canto y sus colegas siguieron manejando el barco tan quitados de la pena.
Tú amárrate antes de las ventas nocturnas y ponle un límite a tu tarjeta de crédito, o saca un poco de dinero en efectivo, que será todo el que podrás gastar en tu visita a la tienda. O no pongas en automático las compras de Amazon o de la Apple Store, para que cada vez que quieras comprar, tengas que hacer un esfuerzo un poco mayor que picarle a “compra con un click”.
Estas ideas de Thaler las puedes encontrar en los libros Nudge y Misbehaving y en este artículo que compartió el comité del Nobel. Y para que veas qué irracionales podemos ser todos, te cuento mi encuentro con Thaler. Resulta que fui a una convención sobre economía conductual en Boulder, donde él era la estrella. Pude platicar con él y con Dan Ariely. Les tomé sus fotos a cada uno. Y Thaler, muy amable, se ofreció a tomarme una foto con Ariely. Soy muy feliz con esa foto, porque Ariely es otro de mis ídolos, pero ¿y mi foto con Thaler?
Izquierda: Roberto Morán. Derecha: Dan Ariely.
Foto tomada por: Richard Thaler
Roberto Morán es autor de Lo que debes saber de dinero antes de cumplir 40 y Maneja tu dinero para dummies puedes leer más de sus textos aquí y en su blog de Medium y seguirlo en Twitter en @elRobertDinero.
¿Donde está la foto de Roberto Morán con el dr. Thaler? Jeje. Gracias
Noooo! Dice que la foto con Dan Ariely se la TOMÓ Thaler, no que tenga una foto con el Nobel.
Si yo también entendí que te habías tomado foto con uno. Como sea, pues si, estoy a mitad del libro «el millonario de la puerta de alado» y es a una de las muchas conclusiones a las que he llegado.
Muy buen post Robert! Saludos.
Somos sus fans 🙂