Uno de mis posts favoritos de Roberto Morán decía algo como que «los departamentos de yuppies cuando tienes veintitantos años sólo funcionan en las películas ochenteras». Si siempre lo había admirado como editor, creo que ese día se ganó mi corazón (tan se lo ganó que es mi padre adoptivo, comparte el privilegio de darme lata con el Talibán).
La frase lejos de censurar a otros, se burlaba de sí mismo y de cómo cuando andaba en sus veintes decidió que era una gran idea darse la gran vida…aunque de momento no viniera al caso. Años después se fue al extremo y se volvió un mega tacaño, hasta que se dio cuenta que ninguna de las dos posturas lo iba a llevar a la felicidad y el equilibrio financiero.
¡Eureka! no se trataba de ser un absoluto despilfarrador que lo bailado nadie me lo quita y «al fin que tal que me muero joven como todo un James Dean» (ya hablaremos de eso) ni tampoco el que ahorra toda su lana desde que le daban domingo para cuando cumpliera 65 años y se fuera a retirar con un cerro de moneditas de Sor Juana (existían cuando yo era niña).
La gran incógnita es ¿qué tengo que hacer para vivir cómodamente y haciendo cosas que me gustan hoy, sin estar hipotecando por completo el mañana?
Cada vez que le decimos a alguien (a Roberto le ha de pasar igual) que nos dedicamos al tema de finanzas personales la gente hace dos cosas:
1. Esconde la cartera y
2. A) confiesa que es un destrolongado con su dinero
B) Se dora la píldora y explica todas las razones por las que no es TAN destrologado con el dinero (aunque sí lo sea, pero pone ejemplos de comos u amiga, novio, compadre, prima está peor para «distraer al enemigo»).
Y yo creo que lo hacen justamente porque piensan que les dirás que guarden para la vejez y dejen de despilfarrar en cosas como hacer viajes en los que puedan aprender cosas (yo también gasto en eso).
¿Qué chiste tendría aprender de finanzas si todo fuera no gastes en lo que te gusta? creo que el chiste de esto es simplemente no te quedes en bancarrota mientras lo haces y que aprendas a dejar de gastar en lo que NO te importa tanto.
Volviendo al equilibrio del presente y futuro, la mayor parte de la gente me dice que «para qué ahorro para el retiro ¿qué tal que me muero joven y ya no disfruté ese dinero?»… mmm ¿y si les dijera que es más probable que llegues hasta los 80 a que te mueras siendo joven y bello… sobre todo si ya te acercas a los 30 años?
Es muy fácil. La esperanza de vida en México es de 75.7 años, pero esa es al nacer. Si cumpliste 30 años (o andas cerca) puedes vivir mucho más porque ya pasaste ciertas enfermedades y la etapa más ruda de muertes por accidentes, con lo que no es tan complicado que soples más de ochenta velitas. Siendo así la cosa, como que sí conviene ahorrar para el retiro ¿no?
Pero no te espantes, posiblemente no sea tanto como crees y además entre antes empieces menos esfuerzo/dinero requerirá. Eso es algo que Roberto Morán dice en su recién salido del horno «Lo que debes saber de dinero antes de cumplir 40» en un cuadrito maravilloso cuya info reproduzco acá:
En el libro dice que esto es sin contar lo que tienes en la afore, que es 6.5% de tu sueldo, entonces alguien que tiene afore y empieza ahorrar a los 25 años en realidad tendría que ahorrar 1.9% de sus sueldo para completar el porcentaje ideal ¿a ver en qué se le va a un veinteañero 1.9% de su sueldo? seguro en dos idas al cine o si acaso un comida no tan elegantona así que tampoco es como que tengas que vivir a pan y agua toda la vida sólo para tener lana para el retiro, solo salir una vez menos al mes (o hacer más fiestas caseras que salir de antro, por ejemplo).
Otra gran ventaja es que algunos bienes pueden llegar a abonar a ese retiro, por ejemplo, la casa que compres para vivir. Si haces lo que cualquier familia mexicana, en algún momento de la vida tendrás una casa con más recámaras de las que puedas necesitar. Si ya se fueron los hijos (si es que piensas tener) puedes venderla y cambiarte a algo más chico y funcional y esta parte contribuiría a tu ahorro para el retiro.
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