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Mis primeros ingresos extra

Mucho hemos hablado de que los ingresos extra son una GRAN alternativa para ahorrar porque como es dinero que no estás acostumbrado a gastar  como que no te duele reducirlo, pero nunca les había contado cuáles fueron mis primeras fuentes de ingresos extra.

La primera primera primera, que es cuando era estudiante y tenía «sueldo de hija»(una mesada medio raquítica) fue dar clases, hacerla de nana, vender galletas y organizar cursos de verano (en este post cuento más sobre cómo generar ingresos si estás chavo y aún no tienes trabajo).

Después, como algunos de ustedes saben, fui reportera y posteriormente editora de portada de El Economista y tuve dos fuentes de ingresos extra, una buena y una medio mala:

Empiezo por la mala: casi siempre salía temprano en mi primera chamba (4:00 de la tarde), entonces por azares del destino conocí a una compañía de eventos de mariposas y me ofrecieron hacer Relaciones Públicas para la marca. Las primeras 2 semanas todo bien, les conseguí espacios en radio y revistas. Lo malo fue que para la segunda quincena yo notaba que a los músicos que incluían en los eventos no les pagaban, le debían proveedores y para la tercera quincena ¿a quién creen que no le estaban pagando? ¡Exacto! A mí. La primera semana se la pasaron con que «mañana, mañana» pero ya para el lunes siguiente me di cuenta que era una práctica de la empresa y mejor me fui. Esa fue mi novatada, pero aprendí.

Esa fue la experiencia mala, pero la buena fue hacer colaboraciones extra para revistas. De alguna manera estaba usando las mismas habilidades de mi trabajo (investigar y redactar) para una actividad ligeramente diferente: Hacer reportajes toma más tiempo que las notas diarias, pero también por lo mismo suele ser más interesante. Yo colaboraba con Expansión y Entrepreneur de inicio.

Roberto Morán (el Robert DiNero) era mi editor para textos de finanzas personales y me hizo enamorarme aún más de esos temas. Roberto es súper creativo, divertido y siempre se pone del lado del lector para ver si la información es útil, está bien escrita y es de calidad. Gracias a el trabajo con Roberto me llegó mi primer trabajo de consultoría: Consumo Inteligente, el programa de educación financiera de Mastercard. Ellos estaban buscando una blogger de finanzas personales y como de los primeros blogs que Roberto conoció del tema era justamente Pequeño Cerdo Capitalista, les habló de mí y a la fecha asesoro ese proyecto. Hemos hecho desde cursos en comunidades apartadas, hasta una Universidad Financiera en línea. Es realmente un proyecto emocionante.

También en Expansión tuve una súper editora que es Alejandra Xanic ( el año pasado ganó el Pulitzer por sus investigaciones sobre Walmart) y con ella trabajé el reportaje de «Mi blog es mi agente» . Después de ese reportaje fue cuando se me ocurrió abrir mi blog de finanzas personales y el blog en sí fue la puerta para el trabajo de mis sueños (en el Ornitorrinco digital pueden leer más sobre la historia del blog y del libro del Pequeño Cerdo Capitalista).

En ambas experiencias obtuve ingresos extra que ahorraba al 100% y que me ayudaron a llegar más fácil a mis metas de hacer un viaje a Colombia o de la Maestría (si te acostumbras a gastar los ingresos extra puede ser una bronca fuerte si en una temporada bajan), aunque claro, en lo de RP de los eventos con mariposas no fue muy rentable que digamos, pero ambas experiencias me dieron otras cosas valiosas:

– Nuevas redes de contactos profesionales. La verdad cada vez me preocupaba menos «la seguridad» de mi trabajo porque sabía que ahora tenía más contactos a quién recurrir para otras chambas o hacer negocios.

– Me ayudaron a descubrir qué me gustaba y a entrar a nuevos proyectos. Quizás en tu trabajo actual haces siempre lo mismo y no hay mucha movilidad en la empresa. Buscar un ingreso extra -emprendiendo o en empresa- te puede ayudar a utilizar nuevas habilidades. En Expansión aprendí a reportear mejor que en el diario; en la empresa de mariposas probé por primera vez qué es hacer relaciones públicas, redactar boletines, etc…

– Me enseñaron a ser claro en las condiciones, investigar a los clientes y  buscar garantías. En la chamba de RP yo no tenía ningún tipo de contrato y por supuesto eso hacía que el dueño se sintiera con más libertad de «retrasarse en los pagos». Pero además tenía el hábito de deberle a todo el mundo: desde al pastelero, a los criadores de mariposas hasta a su secretaria. Si lo hubiera investigado antes de entrar casi seguro que hubiera declinado su oferta. Esto aplica tanto si tus ingresos extra son como empleado o como freelance: siempre debes pedir referencias de tus clientes, poner en claro las condiciones, por escrito, tener contratos y si eres proveedor también puedes incluir pagarés. No se trata de que hagas más chamba sin ganar nada.

– Aprendía  cobrar y el valor de mi trabajo. Cuando estás en un trabajo formal tienes poca idea de cuánto cuesta en el mercado lo que haces. En mis primeros proyectos extra la verdad me «auto- chamaquié» porque como no sabía cuánto costaba eso, cobraba una bicoca. Ya cuando me di cuenta que «no me sale, joven» y me puse a investigar cuánto cobraban otros profesionales, afiné mis tarifas. Generar ingresos extra también puede traducirse en hacer la cobranza de tus chambas, así que con los que no tienen pena de deber ¡a ti se te quita la pena de cobrar! A mucha gente le da flojera o vergüenza esto, pero aún hoy es una habilidad que me sirve para mis negocios.

– Me dieron mucha confianza en que podía hacer más que lo que decía mi descripción de puesto. A veces dejar la chamba y dar el salto al vacío puede ser un poco temerario, pero si tienes ganas de emprender , generar ingresos extra es un buen paso intermedio: vas preparando tus habilidades, tus contactos ¡y hasta tus finanzas! y cuando te sientas lista o listo puedes hacerlo a tiempo completo.

Todos tenemos alguna habilidad que estamos desaprovechando, así que pueden pensar en cuál es, quién pagaría por el producto o servicio que ustedes pueden hacer y averiguar cuánto se cobra por algo así.

 

 

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