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Cinco errores garrafales en LinkedIn

¿Tienen perfil en LinkedIn? Bueno, hace unas semanas despotricaba con una invitación de LinkedIn porque el sobrenombre de la persona era «Living in a cloud» y normalmente no soy amargator con lo que la gente guste y mande poner en sus redes (salvo si son groseros o neuras) pero ¡qué forma de meterse un autogol laboral del sujeto! Sobra decir que yo no acepté a esta nube viajera en mis contactos.
Más allá de la anécdota creo que hay muchos errores en LinkedIn que aparte de hacer que alguien rechace nuestra invitación nos pueden estar espantado propuestas de trabajo. Ahí les van los que he detectado:

1. Tener un nombre de usuario «cotorro». En mi pueblo lo llaman ridículo o cursi, pero nunca falta el que pone un nombre usuario apto para nick de messenger (icq si eran adolescentes en los noventa) o de plano para twitter. Esto es chamba, no quiero que me relacionen con Princess pinkie pinkie o Messi87 (a menos que en serio seas Messi). Ahí les va la foto de Living in a cloud.

2. Invitaciones sin personalizar. «Quisiera añadirte a mi red de contactos profesional» ¿Neta? pues échale más ganitas. Agregar al mensaje un «¿Qué tal  Fulanito?», «Me da gusto encontrarte por aquí» o mejor aún: habla  de por qué los proyectos o trayectoria de la persona a la que le mandaste la invitación te gustan o tú en qué andas. Esto aplica aún si trabajan juntos o son compañeros de escuela. La personalización siempre se agradece.

3. Faltas de ortografía. Para resumir, se asocian con la falta de profesionalismo (recordatorio: es una red PROFESIONAL no sólo social), de atención a los detalles y a algunos les duelen los ojos con ellas.

4. Invitaciones de desconocidos o gente con la que ni estudiaste ni trabajaste. Tus conexiones ayudan a hacer una referencia de ti y de tu trabajo. Si aceptas a gente sin ton ni son, luego pueden usarte como referencia y ¿qué pasa si son unos vivales o malechotes? Además, normalmente señalan de dónde te conocen. Yo nunca acepto gente con la que no he tenido que ver en lo laboral o mínimo en estudios (chance no trabajo directo, pero colaboración en eventos juntos o algo similar).

5. Foto haciendo duck face o como de perfil de Facebook. Hasta ahora nunca me ha tocado ver una foto con vasito rojo pero poco les falta a algunos. Para la chamba puede ser contraproducente mostrar una imagen sexy o muy fiestera. El tema no es si te pones traje o no, eso depende del sector donde trabajes, pero tu imagen debe ser coherente con tus objetivos laborales. Esto también incluye que sea una foto de buena calidad, con suficiente luz y que no te hayas tomado en el baño de tu casa. Con las cámaras modernas esto no es difícil de conseguir, pero si tienes amigos diseñadores o fotógrafos, pídeles el favor.

Obviamente estas fallas se suman a las que puedan tener en los CV’s como poner hasta dónde estudiaron el kínder, incluir más hojas que El Baldor o no personalizarlo para el puesto que están solicitando, pero son igual de importantes en la interacción para conseguir trabajo, colaboradores o realizar proyectos con terceros.

Tengo dos amigos a los que les ofrecieron su trabajo actual por su perfil de linkedIn, pero más allá de ejemplos del primo del tío y demás leyendas urbanas, los reclutadores ya están usando las redes sociales para encontrar buenos candidatos: durante 2012, alrededor de 20% de las contrataciones de la firma de consultoría KPMG se dieron a través de Facebook, Twitter y LinkedIn, así que nada de «equis somos chavos», tu red social profesional debe ser eso: profesional.

¿Algún otro error u horror frecuente que hayan encontrado en LinkedIn? Compartan, puede que nos ayuden a corregirlos y conseguir mejores empleos o proyectos.

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