¿Se imaginan si esa fuera una conversación real entre ustedes y sus cuates (si siguen en la escuela), hermanitos menores o hijos? Tener educación financiera en las escuelas es el sueño de todos los que nos dedicamos a esto, de muchos papás que entienden su importancia, pero afortunadamente también algo con lo que bajita la mano la OCDE les empezará a hacer manita de puerco a los países si no se aplican.
Parte de por qué este pequeño cerdito anduvo tan vagales este último par de semanas (aparte de mi #ViajeOINK, chequen este post http://pequenocerdocapitalista.blogspot.mx/2012/04/mi-viajeoink.html ) es que suertudota de mí, me invitaron al seminario de educación financiera de la OCDE en Madrid, que justo trataba de cómo pasar de que fuera una política pública a la implementación. Me impactó el acuerdo que hay sobre lo importante que es que ya se incluya en la escuela, pero también las soluciones que están encontrando para lograrlo.
Lo que la mayoría de los países han visto es que meter tal cuál en los programas escolares una materia que se llame «educación financiera» está medio en chino porque o implica meter horas extras en las escuelas o reestructurar los programas y mover alguna de las existentes y pues se imaginarán la chulísima pesadilla kafkiana que eso puede ser, sobre todo en países donde la organización de maestros es reacia a esos cambios (que al parecer es en todos lados).
Para no volverlo una barrera lo que han hecho son dos cosas: o meter horas de educación financia en los programas de otra materia (España metió 2 módulos de 10 horas cada uno en materias como matemáticas y ciencias sociales en piloto de 32 escuelas) o llevar educación financiera a las escuelas como actividades limitadas a un periodo en el año, este es el caso de Holanda que hace la «Semana del dinero» y participan las escuelas que quieran y llevan a los chamacos a museos, tienen «clases» invitadas para «lidiar con el dinero» (prefieren llamarlo así para bajar la resistencia) que dan celebridades y académicos e hicieron un concurso en el que los niños pueden diseñar una moneda y al ganador le funden una real.
Ahora sí que de que se puede se puede. Algo que sí dijeron que es muy importante y tiene todos la lógica del mundo es «entrenar» al «entrenador». Para mi siempre había sido un gran misterio pensar cómo personas que no saben nada de educación financiera y se hacen bolas con sus propias finanzas personales (como la mayoría de los mortales, ahí si no es cosa de profesión) podrían enseñar la materia, y resulta que en encuestas que hizo Annamaría Lusardi (la mayor experta mundial en el tema) a los maestros les parecía importante que se incluyera la educación financiera en las escuelas y pensaban que les beneficiaría a nivel personal, pero sólo 20% se sentían cómodos impartiendo la materia. Solución: capacitarlos, desarrollar materiales para cada tema y tener algún centro de apoyo pedagógico para educación financiera.
Cuando comenté en Twitter que me confirmaron que México le entraría en 2015 al módulo opcional de educación financiera (los módulos obligatorios son lengua, matemáticas y ciencias), alguien dijo que no pensaba celebrar ese tipo de noticia porque tener la prueba PISA para los otros temas no había ayudado a que la educación mejore. No sé si celebrar sea la palabra correcta o no, pero independientemente de eso creo que en este caso hay una diferencia fundamental: en este momento la educación financiera no existe en el programa educativo ni se considera una habilidad relacionada con la alfabetización (el término en inglés es financial literacy, algo así como alfabetismo financiero, que se me hace más descriptivo que educación), lo que se pueda introducir será enteramente nuevo, acorde a las técnicas más modernas y posiblemente con un buen nivel de entrada y se medirá desde incluso antes de que se imparta para ver el avance real.
No es como las otras materias que se empezaron a medir cuando ya tenían décadas (o siglos) de rezago. México empezará tres años después que los pioneros (PISA midió por primera vez educación financiera este año y es cada tres años) pero tres años son fácilmente remontables si de verdad se toma en serio desde el principio y se capacita bien a los maestros. Puede que sea demasiado optimista, pero creo que pasar de ignorar un tema a meterlo en una medición internacional hay un avance en la relevancia que se le da y como dice mi abuelita: la carga hace andar al burro.
Una última cosa que me pareció muuuy importante es el hincapié en que tooodo este esfuerzo se debe complementar integrando a los padres y en algunos casos abuelos (Lusardi decía que en Italia ese era el caso por su importancia en la educación que tienen y me hizo pensar en cuántas veces la gente me da ejemplo de las abuelas que distribuían su dinero en sobres, así que claaaaro que de ellos se aprende mucho). Y otra vez: a menos que los papás sean financieramente más alfabetizado el niño puede aprender mucho en la escuela pero o los ejemplos contrarios le harán corto circuito, o de plano puede haber hasta enfrentamiento en la familia por la diferencia de ideas respecto al manejo de la lana.
En las próximas semanas les contaré más de cómo los (países) ricos también lloran en temas de educación financiera, un proyecto buenísimo de educación e inclusión financiera para niños y de cómo estuvo la Feria del Libro de Los Ángeles LéaLA. Y ahora sí, ni crean que se me había olvidado: Feliz día del maestro y más a esos que sí se van a preparar para que seamos más duchos en la educación financiera!!!
P.D.: Les presumí mi foto de groupie financiera con Annamaria Lusardi, que sin que ella lo supiera ha sido mi maestra en educación financiera y su trabajo tiene mi más alta admiración y respeto. Buen martes y maravillosa semana. OINK!!!
Parte de por qué este pequeño cerdito anduvo tan vagales este último par de semanas (aparte de mi #ViajeOINK, chequen este post http://pequenocerdocapitalista.blogspot.mx/2012/04/mi-viajeoink.html ) es que suertudota de mí, me invitaron al seminario de educación financiera de la OCDE en Madrid, que justo trataba de cómo pasar de que fuera una política pública a la implementación. Me impactó el acuerdo que hay sobre lo importante que es que ya se incluya en la escuela, pero también las soluciones que están encontrando para lograrlo.
Lo que la mayoría de los países han visto es que meter tal cuál en los programas escolares una materia que se llame «educación financiera» está medio en chino porque o implica meter horas extras en las escuelas o reestructurar los programas y mover alguna de las existentes y pues se imaginarán la chulísima pesadilla kafkiana que eso puede ser, sobre todo en países donde la organización de maestros es reacia a esos cambios (que al parecer es en todos lados).
Para no volverlo una barrera lo que han hecho son dos cosas: o meter horas de educación financia en los programas de otra materia (España metió 2 módulos de 10 horas cada uno en materias como matemáticas y ciencias sociales en piloto de 32 escuelas) o llevar educación financiera a las escuelas como actividades limitadas a un periodo en el año, este es el caso de Holanda que hace la «Semana del dinero» y participan las escuelas que quieran y llevan a los chamacos a museos, tienen «clases» invitadas para «lidiar con el dinero» (prefieren llamarlo así para bajar la resistencia) que dan celebridades y académicos e hicieron un concurso en el que los niños pueden diseñar una moneda y al ganador le funden una real.
Ahora sí que de que se puede se puede. Algo que sí dijeron que es muy importante y tiene todos la lógica del mundo es «entrenar» al «entrenador». Para mi siempre había sido un gran misterio pensar cómo personas que no saben nada de educación financiera y se hacen bolas con sus propias finanzas personales (como la mayoría de los mortales, ahí si no es cosa de profesión) podrían enseñar la materia, y resulta que en encuestas que hizo Annamaría Lusardi (la mayor experta mundial en el tema) a los maestros les parecía importante que se incluyera la educación financiera en las escuelas y pensaban que les beneficiaría a nivel personal, pero sólo 20% se sentían cómodos impartiendo la materia. Solución: capacitarlos, desarrollar materiales para cada tema y tener algún centro de apoyo pedagógico para educación financiera.
Cuando comenté en Twitter que me confirmaron que México le entraría en 2015 al módulo opcional de educación financiera (los módulos obligatorios son lengua, matemáticas y ciencias), alguien dijo que no pensaba celebrar ese tipo de noticia porque tener la prueba PISA para los otros temas no había ayudado a que la educación mejore. No sé si celebrar sea la palabra correcta o no, pero independientemente de eso creo que en este caso hay una diferencia fundamental: en este momento la educación financiera no existe en el programa educativo ni se considera una habilidad relacionada con la alfabetización (el término en inglés es financial literacy, algo así como alfabetismo financiero, que se me hace más descriptivo que educación), lo que se pueda introducir será enteramente nuevo, acorde a las técnicas más modernas y posiblemente con un buen nivel de entrada y se medirá desde incluso antes de que se imparta para ver el avance real.
No es como las otras materias que se empezaron a medir cuando ya tenían décadas (o siglos) de rezago. México empezará tres años después que los pioneros (PISA midió por primera vez educación financiera este año y es cada tres años) pero tres años son fácilmente remontables si de verdad se toma en serio desde el principio y se capacita bien a los maestros. Puede que sea demasiado optimista, pero creo que pasar de ignorar un tema a meterlo en una medición internacional hay un avance en la relevancia que se le da y como dice mi abuelita: la carga hace andar al burro.
Una última cosa que me pareció muuuy importante es el hincapié en que tooodo este esfuerzo se debe complementar integrando a los padres y en algunos casos abuelos (Lusardi decía que en Italia ese era el caso por su importancia en la educación que tienen y me hizo pensar en cuántas veces la gente me da ejemplo de las abuelas que distribuían su dinero en sobres, así que claaaaro que de ellos se aprende mucho). Y otra vez: a menos que los papás sean financieramente más alfabetizado el niño puede aprender mucho en la escuela pero o los ejemplos contrarios le harán corto circuito, o de plano puede haber hasta enfrentamiento en la familia por la diferencia de ideas respecto al manejo de la lana.
En las próximas semanas les contaré más de cómo los (países) ricos también lloran en temas de educación financiera, un proyecto buenísimo de educación e inclusión financiera para niños y de cómo estuvo la Feria del Libro de Los Ángeles LéaLA. Y ahora sí, ni crean que se me había olvidado: Feliz día del maestro y más a esos que sí se van a preparar para que seamos más duchos en la educación financiera!!!
P.D.: Les presumí mi foto de groupie financiera con Annamaria Lusardi, que sin que ella lo supiera ha sido mi maestra en educación financiera y su trabajo tiene mi más alta admiración y respeto. Buen martes y maravillosa semana. OINK!!!
Me gusta y emociona… Creo que puede ser un area de oportunidad para mí que me encantal las finanzas personales y la educacion… El 2015 no es tan lejos y hay muchas escuelas pioneras…. ¿Existe una certificación para esto? Saludos…
Buen artículo, pero también hace falta un poco de educación en ortografía primeramente, «le arán corto circuito». Harán, es la palabra correcta.
Estimada Dinorah:
Revisé el post después de tu comentario y me percaté de que tiene una serie de dedazos, entre ellos harán (sí sé que es de hacer). No es excusa, pero al estar escrito en iPad en un viaje tenía ese tipo de descuidos. Ya están corregidos. Saludos